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familias sólidas

familias; obliga a algunas familias a huir y a algunas familias a quedarse. También divide a las familias”, nos dice. “La violencia se puede manifestar de distintas maneras en las familias, simplemente por la falta de comunicación entre los miembros, a través de la ruptura de las relaciones en general, a través de la falta de oportunidades, lo cual se manifiesta con muchas frustraciónes”. Una meta de los consejeros de Proponte Más es lograr reconectar a los jóvenes con el resto de los miembros de su familia, incluso cuando ellos viven en otro lugar, y hacerlos sentirse más cómodos al comunicarse abiertamente. Para Steven, Yuvini y su familia, el programa les ha ayudado a renovar las líneas de comuni- cación, un paso esencial para la construcción de vínculos familiares más sólidos que les ayudarán a reducir los factores de riesgo cara a la violencia. “Ya han cambiado mucho. Han cambiado en el sentido que ahora ya tienen más libertad de hablar con nosotros. Nos cuenta sus problemas, han cambiado mucho su conducta”, nos dice Vanessa, la madre de Steven. Los consejeros no solamente se concentran en alterar los patrones de comunicación de los adolescentes, sino también de los padres y sus familiares. “Creo que mi conducta cambió mucho debido a esto, aunque siempre he sido así, un poco alejada de ellos. El apoyo, me ha dado más confianza para estar y platicar con ellos”, nos dice Vanessa. Los consejeros de Proponte Más trabajan para educar a toda la familia acerca del programa y sus objetivos, incluso a los familiares que no viven en la misma casa. En el caso de Steven y de Yuvini, Romero nos dice que están trabajan- do en los arreglos necesarios para poder tener llamadas por Skype con el padre de Steven, quien vive en EE.UU., y mantener al tanto a los familiares en relación al avance y progreso de los muchachos enviándoles fotos. “Involucramos a todos por igual, sobre todo a las tías, abuelas y tíos”, nos dice Romero. “Son una de las familias más sólidas. Tienen raíces que están creciendo cada vez más fuertes, así que no sucumben como familia ante cualquier problema que deban enfrentar”. n Reportando desde Honduras, Jillian Slutzker.

felices, evidenciando que habían pedido permi- so antes de salir de casa. El póster de su árbol familiar a colores estaba visible en el hogar. “Ahora hago mis tareas. Escucho a mis mae- stros”, dice Esteban. “Antes, no tanto. Era algo desobediente”. Uniendo familias desintegradas A lo largo de todo Honduras, la violencia y la inestabilidad han separado a muchas familias. La violencia derivada de las maras y pandillas y sus consecuencias hace que muchos vecinos opten por huir hacia los Estados Unidos, o envían a sus hijos solos a través de una ruta peligrosa. Muchos hondureños también em- igran en búsqueda de mejores oportunidades económicas fuera del país. La abuela de Esteban, Margarita, dice que su madre quería que él viajara con un coyote para reunirse con ella en EE.UU. “Yo le dije, ‘no puedes sólo llevártelo así por así’”, dice. “No quiero quemis muchachos hagan ese viaje tan feo. ‘Es sólo unmuchacho y yo lo he criado. Le dije que amí me ha costadomucho trabajo criarlo y que yo no voy a dárselo a un extraño para que lo lleve para allá”. Braverman nos dice que la violencia, al igual que la migración, es un catalizador para la desintegración de la vida familiar y la interrup- ción de las líneas de comunicación. “Muchas veces la violencia destruye a las

rodeada de un buen grupo de familias. “El programa nos ha ayudado a estar más unidos, a conocernos más, a ser mejores personas. Gracias a la consejera, Fanny, ya que ella ya es parte de nuestra familia también y la queremos mucho”, dice la madre de Steven, Vanessa. Romero también trabaja con otro grupo de primos en Chotepe, Danilo y Esteban, quienes fueron remitidos a Proponte Más por medio de su escuela. Los muchachos, junto con varios otros miembros de la familia extendida, viven con sus abuelos, quienes estaban preocupados porque sentían que estos podrían sentirse atraídos por la vida de las maras o pandillas. Romero dice que la clave radica en ayudarles a los jóvenes primero a identificarse como miem- bros de su familia, y a diferenciarse a sí mismos del área de las maras o pandillas. “Cuando las familias están más unidas, los jóvenes tienen menos probabilidades de iden- tificarse con otros grupos organizados fuera de sus hogares”, nos reporta. Los consejeros trabajan con las familias para lograr encontrar nuevas soluciones a los prob- lemas conductuales, por ejemplo con tareas definidas, una mayor supervisión y rendición de cuentas. Un martes en el que Romero hizo su visita, Danilo y Esteban bromearon y se rieron y mostraron sus hojas completas de tareas asig- nadas en el hogar y sus calcomanías con caras

Fotos por Gustavo Ochoa

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